He vivido una experiencia nueva. He notado un gran bache y un pedrusco gigante en mi camino. Me he topado de frente con la realidad. He saboreado lo que es equivocarse. Se me ha cruzado la mayor prueba de toda mi vida.. Y como no iba a ser menos he aprendido de ella, me enseñó que hay que mirar 8.000 veces a una persona para fiarte, que la realidad siempre supera a la ficción, aprendí que las personas pueden tener buena fachada pero mal la carrocería, que siempre tienes que mirar dos veces antes de cruzar la calle al igual que  con las personas, que porque tengas una cara bonita no significa que tengas un buen corazón y que tengas una cara fea no significa que tengas peor corazón. Me he puesto en pie, he luchado cada día por superar más esta difícil prueba que, gracias a ella, me demostró la vida con otros ojos porque no sabemos mirar la vida así hasta que alguien nos pone el toque necesario ¿saben? Equivocarse es de humanos y rectificar de sabios, pero querer no es poder cuando se llega tarde.